- Mire doctor, usted sabe por lo que yo vine y yo sé que a usted sólo le interesa el dinero. Dígame que estoy bien y déjeme adornarlo por tantos años de estudio y de guardias.
- ¡NO! Es usted insolente por demás. Déjeme recetarle Diaposepol...
- ¡Por favor Dr.! ¡No sea hipócrita! He desarrollado una resistencia ejemplar al Diaposepol. Hágame el favor, recéteme Fiatoquepal y terminemos con esto.
- ¡Usted no va a decirme a mí lo que yo le tengo que recetar a usted! Si el Diaposepol no le acaricia el alma probemos con Olvidatil, estudios de la Universidad de Bulón demuestran efectividad garantizada en sujetos como usted...
- ¿Sujetos como yo?
- Verá... usted es lo que en el medio de la medicina moderna orientada al diagrama de flujo conocemos como "el caso del perejil", aquel que es bueno para picadillo pero no llega a pesto. ¿Vé? De acuerdo al dibujito este de la newsletter de famoso laboratorio que no voy a nombrar por razones sabederas le tengo que recetar Olvidatil o volver a la página 18 y averiguar por qué su nombre en clave es Jonás...
- Dr... me preocupa...
- No se alarme Sr. Julepe, su caso es muy común en gente de su edad y género. Hagamos así, probemos con medio Olvidatil por día después del almuerzo y vuelva en dos semanas.
- Pero... ¿es hereditario lo del perejil? ¿voy a poder albahaquear algún día?
- ¡Haga de cuenta que no le dije nada hombre! Métale, siga para adelante, no se deje arremeter que usted tiene plan 440...
De más está decirles esto que les voy a decir. ¿De verdad creen que estamos al borde de una crisis? ¿Revolución? ¿Hartazgo generalizado? ¡Por favor! ¡No me hagan reír desde su actitud tan pasiva a mí aquí sentado! La verdad es que mi monitor es lo suficientemente grande... ¿qué más necesito? ¿e? Ustedes quizás deban adquirir un monitor más grande. Yo... yo estoy bien.
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